Celestún: La Joya natural de Yucatán
La idea de paraíso está condicionada, irremediablemente, por la subjetividad. Excepto en Celestún. Esta Reserva de la Biosfera hace cuestionarse si Adán y Eva no serían mexicanos. Manglares que se creen viñas, rías sin fin y millares de flamencos caribeños hacen de este escenario la excusa perfecta para cruzar el charco.
En esta esquina de la península de Yucatán, un gradiente infinito de rojos y rosas decora cielos, aguas y aves para deleite de los sentidos. Paraísos podrá haber muchos; pero paraísos rosados, solo en Celestún.